Arte: no tan alto, por favor
La gente suele colgar las obras de arte a demasiada altura, pero lo ideal es que estén al nivel de los ojos para que se puedan apreciar plenamente.
Por ejemplo, en un pasillo lo más lógico es colocar los cuadros a una altura de entre metro y medio y dos metros, para que la gente que pasa pueda disfrutar de los lienzos mientras camina, sin tener que alzar la vista. Sin embargo, en una sala de estar, las obras de arte deberían estar a la altura visual de los asientos que están orientados hacia ellas. Y si coloca algún cuadro encima de una chimenea, asegúrese de que la parte inferior del marco no esté a más de un palmo de la repisa de la chimenea.
Espejos: muestre algo bonito
Un espejo que refleja una pared vacía es una oportunidad perdida. Cuelgue espejos en sitios donde puedan reflejar belleza. Por ejemplo, frente a una planta frondosa, una preciosa obra de arte o una espectacular lámpara de araña.
La pared que se encuentra detrás de la barra de la cocina o de la mesa del comedor es otro lugar perfecto para un espejo. Cuando la gente se reúna, el espejo mostrará el reflejo de personas disfrutando del tiempo juntas y hará que el espacio parezca más grande.